jueves, 23 de marzo de 2017

Cooperación o competencia, ¿dividirlas o entrelazarlas?



¿Cooperación o competencia? Qué son, a cuál de estas dos nociones nos inclinamos. ¿Es una peor que la otra? ¿La cooperación traería la salvación o desapareceríamos si compitiésemos todo el tiempo?, ¿hay que dividirlas o más bien entrelazarlas?

El mundo en el que vivimos es un mundo dual, un mundo de posibilidades. No toda cooperación es maravillosa, y no toda competitividad es malsana. La creación de la bomba atómica, por ejemplo, fue un trabajo en equipo, de científicos, de ingenieros, de políticos y pilotos; sim embargo, podemos decir con seguridad que las consecuencias de la misma fueron devastadoras. ¿Y qué pasa con la competencia por supervivencia?, con el proceso de mejorar nuestras civilizaciones para optimizar la calidad de vida, qué pasa cuando las circunstancias nos confunden las definiciones y se llevan las nociones preestablecidas.

Retroceder para definir el camino
Para lograr un balance entre ambas debemos dar varios pasos atrás, retroceder del colectivo por un momento y establecer una versión individual, pues con estas definiciones en específico, cuando partimos de lo colectivo, corremos el riesgo de perdernos en los deseos y reacciones de los otros, pasando incluso por encima de nosotros mismos.
Cuántos casos no hemos vistos de linchamientos en masa. Una horda de gente furiosa que destroza a otro ser humano. Quizás no lo haríamos si estuviésemos solos, pero apoyados por un grupo, ¿de qué no somos capaces?
La cooperación y la competencia no son diferentes a esto, pues el populacho los define de una manera precisa, en el que podrían escapar de nuestras manos y de nuestros deseos individuales. La decisión que tomemos es la que nos va a definir, el deseo de realizar un bien es el que nos va a llevar a tomar las manos de las personas a nuestro alrededor, cuyas individualidades les llaman a actuar de forma específica.

Redefinir conceptos
Hace unos días hubiese dicho que la cooperación era la clave fundamental para la supervivencia en todos los aspectos, y la competitividad nos llevaría inevitablemente a la destrucción de la especie, pero la realidad es que no hay esquemas precisos. Son sólo los deseos en nuestros corazones los que realmente nos hablan y prevalecen. Por lo tanto, ¿cuál es el mensaje que quieres darle al mundo?
Afianzar estos conceptos durante la infancia de nuestros hijos nunca está de más, pero el punto es siempre encontrar ese punto medio, pues tampoco queremos predisponer a nuestros hijos a una lucha constante y sin sentido, que a la larga, más que con otros sería consigo mismo. Y la cooperación, por lógica, parece ser el camino perfecto para sobrellevar los obstáculos, pero para esto el bien común es la meta, la supervivencia en consonancia con el mundo y no en contra de él.

Consecuencias
Cuántas veces creemos cooperar sin mirar a largo plazo, sin mirar las consecuencias que vienen en alas de la posible destrucción, como en el caso extremo de la bomba atómica. Antes de tomar una decisión, siempre es posible detenerse y mirar si es lo que realmente deseamos o más bien lo que creemos desear. Cuántas veces no cerramos los ojos a la competencia pensando que, inevitablemente, no vamos a llegar a ningún lado. La costumbre puede ser también un arma de destrucción masiva.
Gandhi, por ejemplo, logró usar ambos conceptos en cierto equilibrio. Su revolución de la no violencia se basó en la cooperación del pueblo para ir más allá de la pobreza y las costumbres que los hundían. Esto los llevó a ir en contra de otros seres humanos, más que todo en materia ideológica; sin embargo, a la larga también se intentó establecer un llamado a la cooperación futura. He allí el triunfo de muchas de sus ideas revolucionarias fundadas en la paz.

La cooperación y la competencia comienzan muy dentro, y su expansión nos define como raza, a diferencia de lo que muchos piensan, no se empujan entre sí. Así que, si queremos sembrar ambas semillas lo que tenemos que definir es qué ideales serán sus núcleos para el futuro a corto y a largo plazo; cómo las regaremos y la haremos crecer para beneficio de todos es decisión nuestra.

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